21.11.08
El túnel
Lejos de ese caos alguien duerme y fuma. Lejos de esta vida hay silencios que se estorban en los muros. Presos los sofismas que engendramos destruyen sus argumentos. El presente pasa efímero por entre este trago que ya no recorre mi garganta y sin embargo me quema el alma. Apago el retrovisor. Algo me aturde. Algo me oculta el abismo que sé que reside en alguna orilla que conozco. Algo acribilla la certidumbre. Enciendo la rutina. Algo explota todo el tiempo. Tengo miedo, eso creo. El mundo es de papel, me dicen. Tengo un laberinto que descifrar. Algo estalla. Pero no es nadie, porque estoy solo en esta penumbra. Conozco esa mirada. Esquivo el presente. Corro desesperado a ningún lado. El silencio es aterrador. El túnel es inmenso. Busco la puerta, no hay salida. Grito. Grito hasta enloquecer. No miro a nadie, no veo nada. No hay nadie ya en el túnel. Estoy solo. El revólver vacía su tambor en la penumbra. Lloro. Te percibo. Le miento al destino. Rompo este papel de letras expulsadas desde la niebla. Arrugo las palabras de este futuro incierto. Vuelvo a la orilla del mundo y escribo:
"Todavía escucho esa música. Me estoy esperando en algún lugar. Todavía veo de un ojo. Mi espejo no se ha corrompido aún".
Salgo a la calle. Nadie percibe que estoy. Camino. Soy anónimo. Soy un número, un código de barra encerrado. Los barrotes resisten mi presencia. El guardia de la esquina mira mi DNI, que no existe. Finjo la libertad todo el tiempo. Algunos creen en la mentira de mi existencia. Están al lado mío, y suponen que no pregunto nada. Entonces te busco. Te veo mientras leo:
"El grito fue en vano. Yo grito sin que un sonido se despegue de mis cuerdas vocales. Estoy contribuyendo a este silencio. Porque hablo sin poder decir lo que realmente quiero".
Me levanto en esta noche. Caigo sobre mi escritorio. Estoy todavía en la oscuridad. Prefiero no prender la lámpara. El café está frío. Escribo hasta enloquecer. Me despeino. Me quedo sin ropa. El sudor se vuelve insoportable. Intento despojarme de este silencio. Rompo el papel sin poder leer la primera línea. Destruyo las frases. Todavía escucho esa música. Estoy mareado. Choco contra la pared. Caigo sobre el piso. Estoy desecho. Me levanto como puedo. Fumo y bebo sobre mi pensamiento. Decido mirarte. No hay relojes en la oscuridad. Siento impotencia. Pero todavía veo de un ojo. Siento el caos. La soledad me apabulla. Llevo varias horas sin dormir. Escribo sin parar. Pero rompo cada papel. Me alejo del escritorio. Le pego al espejo hasta trisarlo. Los vidrios no me cortan. Me acerco a la cama. Te contemplo sin recordarte. Estás destapada. Ya no escucho a nadie. Fumo sin querer hacerlo. Te miro desde la orilla. Me acerco. No salgo de la penumbra. Me acuerdo de la libertad. Te estoy tocando. Sigo escuchando esa música. Me acuesto. Viajamos en el túnel. Te miro. Te escucho a lo lejos. Mis cuerdas vocales deslizan algo. No existo, pero al menos vivo. Me acerco. Te digo: "Te amo".
Pablo Zama.
www.zamaloescupe.blogspot.com
pablo_zama@yahoo.com.ar
(sin título)
Sos lindo en tu manera de andar
y cada vez que te veo me dan ganas de conocerte
y cada vez que te escucho me dan ganas de no
haberte conocido nunca.
Y cada vez que te leo...
como si...
me dan ganas de...
no sé... matarte
y cuando te pienso se me ocurre
que no tengo por qué estar así.
Sos ese Platón y mi mundo de ideas
sos eso que veo y que no dejará de ser una sombra,
lo que no me puedo explicar.
No me dan ganas de entender
cómo si estaba dormida, durmiendo,
me sorprendí escribiendo sobre vos.
Seguirás siendo ese que yo hice y que me gustaría que seas, por mí, siempre.
kAR.
x--kar--x@hotmail.com
(sin título)
Vos seguís al pie de la letra mis instrucciones… y yo ya no sé lo que hago…
Cuando me percato, intento evitar lastimar…
No es casualidad… Él no va a dejar de hacer eso… Yo no voy a dejar de sonreír ante lo que no es real…
La ambigüedad es tan inminente, que las fronteras entre la sinceridad y la simulación son totalmente confusas… Al menos es lo que yo percibo…
Quizás no es su intención… pero al menos se cuál es la tuya… pero no, no puedo…
Es como si todos estuviésemos encadenados… a nosotros mismos…
Dónde haya espacio…
Pero yo te quiero… y eso que tiene que ver?... No sé… ^^
Miedo de qué? eso todavía no lo entiendo… Importa?...
Te guardaste el silencio… Dónde? Si no hay espacio…
Yo sonrío aunque vos no entiendas… y me extrañes, y yo actúe con un poco de indiferencia para evitar confusiones catastróficas…
Algo va a pasar… a veces tantas cosas suenan un poco maquiavélicas… pero es que son las consecuencias de una manera de refugiarse en lo que se sabe…
Yo no sé lo que buscaba, y vos no valoraste lo que encontraste… a veces es demasiado tarde… Aunque el tiempo sea un invento…
Lo que él diga no debería ser irrelevante, pero es lo que elige…
No siempre todo lo que yo diga va a seguir significando que sí…
Creo que espero a estar yo en condiciones… Supongo que no falta mucho, pero la preparación es importante… Ya va a llegar el momento en el que se de cuenta de cuanta felicidad estaba malgastando…
Y si no es así…. de todas maneras a la que ya no le va a importar nada es a mí XD…
Igual ya perdió su cualidad de quebrantable, no era joda cuando decidí que aquella sería la última vez…
Por qué? Por qué así y no de otra manera? Es que se desencadenan todo el tiempo… y a ver ahora que pasa… a ver si puedo dilucidar las razones que no sé porque se empeñan en pretender ser ininteligibles algunas veces…
I’m ok… :) … I won’t avoid thinking at all…
Sophie.
nswww@hotmail.com
(sin título)
Dana Botti.
http://dana.hazblog.com
superstar_hwd@hotmail.com
Amalganada lejanía
en pos de negras baldosas
murmuro con ásperas paredes
sobre la indiferencia sutil
naturalizada deficiencia
de aquellos que se creen
buitres.
Tras paso acompasado
rodar veo fragmentarios pedazos
que no llegaron a ser cuerpo
que se diluyeron tras ansias perder
al fenecer ante frenética amenaza
en donde acabárseme las certezas comienzan
en donde se amalgaman principio y fin
donde las locuras de otros y las mías propias
parecen fusionarse
después del desamor
de ver el mundo de ópticas
tan distintas
fluctuando en discontinuas sucesiones
accidentes cuerpo a cuerpo
renacer- fallecer a la orden del día.
Machacados de olvido
continuamos sin soportar poder
nuestros temblores cotidianos.
De vez en cuando hay que parar
un momento
Por eso digo basta:
a la infamia
de la serena vida
de la ágil muerte
a la infamia
de vivirme entre cajones
de morirme mirando al limpio
cielo
De vez en cuando hay que parar
un momento
olvidar tanta armonía colgada en algún
horizonte
dejar de creer la agonía en el estrés
de cada sonido
-cuando llueve de habitantes un edificio-
Las tardes siguen rozando el trino
de otros pensamientos
Los sacapuntas bordean la fotocopia
que se rebana como verdura
o duerme como almuerzo:
y quiero cortarme laberintos
y alargarme quiero las calles
rectas de tu vida,
y conquistar los sueños que
aún me pican
y gritar los ardores que
despiertan
y levantar los vidrios que
se mecen
y arrojar las maderas quietas
de mi mesa –que se burla
en la real vista de lo medible-
Todo ahora me golpea
y resuena como interminables
ecos
lo ciego de vivir me mata
teniendo sólo la nulidad
de una muerte que me busca
viva la mirada
tras sombras, o en el claro
de tus soles
cuando la luna de tu cuerpo
trasluce resplandores
Por eso, yo no me amigo a detener
los pasos del mundo,
Y suelo repetir:
De vez en cuando hay que parar
un momento.
Marianela Giselle Aballay
nela_g_07@hotmail.com
Destino circular
Son las 9 de la mañana y el sol y la esquizofrenia metalero me acompañan hasta la parada del colectivo detrás de unos anteojos demasiado oscuros para que alguien me vea y muy claros como para no ver a alguien. Llego y espero. Por alguna (sin) razón las personas se ponen delante de mí en la fila e indefectiblemente suben al colectivo antes que yo. "Hoy no lo harán", me digo. Hoy seré yo el que suba antes que la vieja y la mina con un bebé colgado de cada brazo. Pero no. Otra vez. Mientras pienso en mi neo-egoísmo social, las dejo pasar como el tipo que se siente mejor persona al dejarse pasar. Ya fue.
Le pago al chofer sin ganas y voy hasta el último asiento pegado a la ventanilla. Ese que siempre deseo que esté libre. Me gusta. Ahí me siento libre. Puedo observar todo sin sentirme observado. Sólo música hasta la primera parada. Sube un sordomudo supuesto, pidiendo monedas a cambio de frases de amor impresas en un cartón junto a 365 días de un año igual que cualquier otro. No compro. Seguro que si fuese una sordomuda (supuesta o no, es lo de menos) pero linda y me ofreciese lo mismo o cualquier otra cosa, la invitaría a sentarse conmigo o hasta encima de mí. Al terminar la fantasía llego al trabajo.
Me dejé llegar otra vez sin resistencia alguna. De ahí en más, voy a menos. Las relaciones van y vienen sin dejarme nada más que palabras irreales. Pienso. Llamo por teléfono y escribo. Stop. Pasaron nueve horas y no me di cuenta.
Regreso a esperar la misma secuencia del colectivo. Subo, pero esta vez no hay ningún sordomudo a la vista. Se ve que solo trabajan medio día. "Tienen suerte", pienso. Asumo mejor humor ahora. Pienso que hasta podría comprarle algo si apareciera. Ninguno sube.
Solo tengo ganas de seguir sentado hasta llegar adonde las personas bajen delante de mí y yo, detrás de unos lentes demasiado oscuros para que alguien me vea y muy claros para ver a alguien, vuelva caminando, llegue, desensille la mochila autoimpuesta, coma algo en el balcón, vea la televisión sin mirarla, me desnude, abra la ducha sin tiempo hasta que el agua borre mis pensamientos hasta mañana. Ducha. Pis. Luz. Cama y a llenar los sueños.
(www.ktarsis-f.blogspot.com)
De no...
De no tenerte,
Me agobia la ironía derretida,
Agolpada entre tus mejillas desechas, confundidas y agobiadas,
Si agobiadas de callar, pero gritan sarcasmos de dolor
Por que amenazan, reclaman algo que no existe…pero lo reclaman.
Aun no se por que ,pero lo hacen ...es que no entienden!!
Y no lo harán, por que no te tiene...
Desechas, malgastadas, heridas, así se quedaran hasta que vengas.
Maria Cecilia Frazeto
Cecishaki2003@hotmail.com
(sin título)
Por lo que somos...
Ser humano es...
Quemarse las pestañas con rayos de sabiduría.
Morderse los labios por el reflejo de la desesperación.
Destaparse los oídos cuando el huracán pasó.
Cerrar los ojos y pretender que nada influyo.
Sentir por las noches que se escapa el alma.
Apretar los puños por la indignación
Olvidar respirar mientras se duerme.
Despertar sin creerlo y pensar en un Dios
Ser humano es...
Ser un oasis en el desierto de la vida ajena.
Ser estímulo del dolor.
Ser más de lo que otros ven.
Y no todo lo que pensaron que soy.
Cargar con la miseria y la riqueza de mí ser.
Hablar de la franqueza a través de la mentira.
Poner la mano en el corazón y los pies en el calefón.
Subir escaleras humanas para llegar al timón.
¿Qué es ser humano? ¡Dios mío!
No encuentro explicación...
Una mezcla perfecta de soberbia y pobreza.
Un grito callado de existencialismo y creación.
Un puñado de barro seco con un soplo de compasión.
Y extasiadamente contemplo el rededor.
Descubro el ser humano como bella miseria de amor.
Es entonces cuando caigo en lo que soy...
Un poco de agua, fósforo y combustión.
Una milenaria desdeña de la perfección.
Mariela Natalia Tobares.
manatowa@argentina.com
Todavía sueño con la libertad.
Recorrí distancias ajenas para (re)encontrarme con los ancestros y los fantasmas de mi adolescencia, de mi eterna juventud.
Mr Sopen & Sergio Rios
todavianocaigo@yahoo.com.ar
¿¿¿CONTINUARÁ???
A la hora en que los grillos cantan y los perros ladran porque si, a esa hora saltó del techo. No cayó. Al contrario, su cuerpo levitó en dirección al cielo. No estaba muerto ni dormido. Su mente registraba un 39% de consciencia. Para muchos el cielo estaba negro. Para él su efímero ambiente olía a un fresco y profundo azul… tan profundo que se volvía oscuro e indescifrable, pero muy atractivo a la vez.
En su mano teñida cargaba un regalo que él mismo fabricó con su imaginación. Le costó años diseñarlo y terminarlo. Sonrió cuando recordó todo. Se sintió tan fresco y liviano que sin quererlo de su mano se soltó aquel tan preciado valor. Y aunque vio en que dirección se dirigía y donde actualmente se encuentra, su mirada quedó perdida por un instante de meses, y de su boca se le escaparon las últimas palabras que de él escuché: "… … … se me escapó… … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … (…)"
John Huxley
ojosacusticos@hotmail.com
11.11.08
Gnik Gnok y el Valle de la Luna
Imaginen lo que era para nosotros trasladar a Gnik Gnok por la ruta en el año 1950. Más allá del carácter secreto que tenían sus visitas informales, ¿pueden acaso imaginar todo el circo alrededor atendiendo sus "caprichos"? Aún hoy cuesta trasladarlo, imaginen 50 años atrás. La ruta era demasiado angosta para la envergadura del camión especial que usábamos para trasladar el gran GG.
La procesión de unas 32 (o 33, no recuerdo) movilidades, una atrás de la otra, custodiando a la máxima estrella que dio el 7mo arte, no tiene parangón.
Yo imaginé que iba a querer explorar, caminar, preguntar sobre fósiles… caminar sobre fósiles. Lo único que hizo al salir del camión, al darse cuenta que era verdad que ese paisaje realmente era el famoso Valle de la Luna, fue pedirme que le sacara una foto. Gnik Gnok nunca identificaba a sus asistentes. Yo nunca le saque fotos, así que llamé al fotógrafo y alcanzó a tomar 2 fotos…
Desganado, y con los ojos rojos por la arena en el aire, pidió que nos largáramos de inmediato del lugar.
Alcancé a dejarme una copia de una de las fotos. La otra está en el Museo Gnok, en Florida, EEUU (sólo puede tener acceso a ella aquellos quienes vayan al museo, pues en todo el mundo no existe ni una copia)
23.9.08
No se como titularlo
1.9.08
Vicios de estrellas
21.7.08
Nótese parte 1
P: yo creo que a todos nos une el surrealismo, me parece que la mayoría manejamos eso y nos gusta. Y por ahí salirnos un poco de los cánones establecidos por el arte. En mi caso me interesa más la literatura comprometida, cada uno tiene su faceta pero el surrealismo creo que nos une a todos. Es más los colaboradores también tienen eso de surrealismo que se nota en los escritos.
Cuando las raíces florecen en el asfalto.
Mr. Sopen & Sergio Rios
2.7.08
7.6.08
*** YA LLEGAMOS ***
Retazo 16
Mi visita al MUSEO GNOK
Antes de empezar mi relato, quiero resaltar la rivalidad que apareció de golpe entre quienes me rodean. Sin quererlo, mucha gente que conozco comenzó a dividirse en seguidores de King Kong y el Gran Gnik Gnok. En otro retazo hablaré de este tema, que está relacionado a las profecías del Gran Gnok (que se van cumpliendo de a poco)
Mi visita al Museo Gnok fue mi gran paso al mundo al que pertenezco hoy. Recuerdo que el guía nos explicó porque el museo no se llamaba Gnik Gnok, sino sólo Gnok: el arquitecto a quien se le encargó hacer la cartelería y las gigantografías era un fanático enfermizo de Gnik Gnok e hizo las letras demasiado gigantes. Por este motivo, en la fachada del museo sólo entraban algunas letras, y decidieron poner sólo Gnok. Cuenta la leyenda que cuando el arquitecto supo su error se suicidó. Debido a su muerte, su nombre me es permitido develarlo ante ustedes: el arquitecto Mick Astrada.
Las reproducciones en cera de Gnik eran exactas. Las escalas, perfectas. Los colores y detalles hicieron llorar a algunos modelistas sanjuaninos que estaban allí de turistas. Yo miraba en detalle y en silencio.
Había tanta gente allí que casi no se podía respirar. Imaginen, gente de todos los rincones del mundo. El mercado de objetos estaba saturado de compradores: remeras, gorras, VHS con escenas inéditas, llaveros. Lo más extraño que encontré fue un santuario. Al comienzo no entendí, pero al acercarme sentí una sensación anormal. Desde ahí supe que tenía que estar con el Gran Gnok para siempre. Toqué su figura. Le hablé con la mirada. Lloré.
Todo estaba a precio dólar. No compré nada material, sólo traje conmigo los folletos que entregaban los guías que hablaban español. En uno de ellos sale la foto que el Gran Gnik se sacó cuando debió renovar su D.N.I. allá por el ´51, en EEUU:
Pai Guillermo
ojosacusticos@hotmail.com
Karaoke de PAI
Me invitaron a salir un sábado a la noche. Era la época en que sólo era Guillermo C. C.
Fuimos con un grupete de amigos y amigas a la zona de Libertador y Urquiza y paramos en un pub. Esa noche había una fiesta de karaoke. Nunca había participado de estas movidas. Y me tocó. El alcohol mezclado con la nostalgia me hizo subir al escenario (tarima) y me pasaron una lista de temas para elegir. Todos clásicos. Elegí “Promesas sobre el bidet” de Charly García.
Lo único que me acuerdo es que en estribillo dije: “… a veces estoy tan bien… estoy tan pai…”
Pai Guillermo
ojosacusticos@hotmail.com
3.6.08
Pai Guillermo
Muchas gracias...
28.5.08
Mi experiencia con la Teoría del Caos
Encontré un artículo en una revista sobre la Teoría del Caos. Eran unas 3 páginas nomás. Me llamó la atención. Leí el antetítulo, el título, la bajada… hasta ahí todo normal. De fondo sonaba “Beautiful” de Cerati. Pero a medida que avanzaba el texto, me sentía diferente. No era un malestar, sino una extraña sensación, nunca sentida. Cuando llegué a la segunda página vi arrugas en mis manos, y recién ahí me di cuenta que a medida que avanzaba en el texto, mi cuerpo perdía peso y envejecía. Y era como que no podía volver atrás. Es como querer olvidar algunas personas y que de repente se vuelvan desconocidas. Jamás.
Se me ocurrió que tal vez si terminaba el texto, todo volvería a la normalidad, pues estaba a medio camino y mi cuerpo lucía como de unos 53 años. Seguí. Llegué a la tercera página y una tos seca me cayó encima. Las letras se hacían cada vez menos legibles y la música a esta altura sonaba como la de un Julio Iglesias. Me quedaban unos 2 párrafos para el fin del texto. Los conocimientos sobre la Teoría del Caos no podía borrarlos de mi mente. Era como verla caminando por la calle y no reconocerla. Jamás.
ojosacusticos@hotmail.com
22.5.08
El caso “Semita de ayer”
Los datos oficiales eran escasos. Los medios de comunicación incomunicaban o saturaban los noticieros con robos, y vendedores ambulantes negándose a ambular.
En aquel tiempo trabajé como encargado de terraza y presencié de lleno la experiencia que me marcó para toda la vida: el día que San Juan amaneció con una semita gigante sobre el centro cívico.
Fueron 4 semanas de intenso trabajo. Bomberos, fuerzas de seguridad (públicas y privadas), empleados de hipermercados, barras bravas, coleccionistas de autos antiguos, y voluntarios trabajaron día y noche para develar el misterio.
Eran las 6 y 10 cuando llegué ese día a mi trabajo y pude ver desde el embotellamiento como una gran masa marrónea desbordaba el perímetro del centro cívico. Me bajé del bondi y caminé las 4 cuadras de quilombo sin poder quitar mis ojos de encima de aquello que parecía una suerte de nave, boina y pañuelo sucio. Cuando iba camino en el ascensor, los guardias pusiéronme un barbijo y alertáronme que se trataba de una magistral semita posada sobre el techo. Temblé.
No había manera de saber qué era aquello. Los laboratorios tomaron muestras y analizaron gramo por gramo, chicharrón por chicharrón, pero siempre por la periferia. Después de una larga reunión, en la que estuve presente, “llegamos” a la conclusión de consumir aquel alimento hasta encontrar algo. Antes de llegar a esto se propuso tirar, quemar, desintegrar el semitón, pero al fin y al cabo era alimento, típico alimento.
Las autoridades crearon una comisión especialmente para encargarse de repartir la semita a los empleados públicos para sus desayunos diarios, y para todo aquel que quisiera, se dispuso una ventanilla por Las Heras (recuerdo el gran caos vehicular). Las colas eran interminables, y los comentarios, repetitivos: “Tiene gusto viejo, pero se puede sopar en el yerbiau”.
A medida que pasaban las semanas, los repartos, los desayunos de primera, media mañana y casi mediodía, las cosas se confundían más y más, pues el semiton iba gastándose y ni rastros de nada, solo masa y chicharrón.
En la cuarta semana cortaron las calles. Las cámaras no tuvieron acceso a la terraza, sólo unos privilegiados como yo. Vimos como los cortadores de semita quitaban de a poco cuidadosamente las migajas. Detrás de las migas, justo en el centro de la semita había un panadero muerto, ahogado en masa, con ropa futurista. Inmediatamente nos cambiaron de puesto para “no alertar a la población” según dijéronme. “Acá no han visto nada” (y a la noche un sanjuanino danzaba por un sueño en TV ¿distracción?... si)
ojosacusticos@hotmail.com
Gnik Gnok
RETAZO 4: “El paso de Gnik Gnok por San Juan”
Cuentan los anaqueles de nuestra biblioteca privada y secreta detalles del paso del gran Gnik Gnok por nuestra provincia, allá por el ´48. Lamentablemente su tiempo fue escaso (como toda estrella) y no llegó a visitar todos los rincones argentinos. Sólo me permiten hablar del paso por San Juan, aún conociendo exactamente su ruta y sus estancias. Dicen que se entrevistó con el general, que pidió conocer las montañas, que bailó en plaza de Mayo… lo cierto es que se dicen tantas cosas, que desvirtúan hasta mi relato.
Se que muchos de ustedes cuando leen sienten amor o desprecio por el gran Gnok. Estarán de un lado o del otro. Para aquellos que quieren sumarse a esta sensación de pertenecer al “mundo Gnok” les tiro un dato que hasta ahora no se dijo: el gran Gnik Gnok nos dejó un amuleto que hoy es para nosotros una suerte de santuario: su piercing. El gran Gnok fue tan adelantado a su época, que ya en la década del ´40 llevaba consigo rastros futuristas que recién aparecieron hace poco por nuestros pagos. Para quienes quieran apreciar esta belleza hecha materia, pueden visitarlo: está ubicado en calle Salta pasando Sargento Cabral, en Capital. Pero advierto a quienes se atrevan a hacerle daño, que se abstengan, pues detrás del piercing de Gnik Gnok hay un muro que contiene guardias armados las 24 horas, por cualquier intento de robo o destrucción.
21.5.08
Frente a la barda
y la vida se entromete entre lluvias ajenas...
el vidrio empañado...los ojos irritados...
una leve caricia del viento.
En esos instántes veo la montaña desde el balcón.
Pienso en la codicia del silencio.
Me convierto en el hormiguero negro.
Me voy para el lado juvenil de las ideas.
Por eso sigo. Intentándolo. Desde muchos lugares.
Por eso ahora me retiro, voy y preparo el mate...
Textos e imagen (Lago Lacar, San Martín de los Andes, Neuquén)
9.5.08
Gnik Gnok
Retazo 1:
Ya se que apenas puede mover los brazos, pero para mi entender, Gnik Gnok es lo mejor que me paso en la vida. No puedo, ni quiero alejar mi fanatismo por Gnik Gnok. Pertenezco a la agrupación, mal llamada “secta”, con quienes me junto semanalmente en un cine secreto (ubicado en el Valle de Tulum) exclusivamente para compartir experiencias de vida y ver la (misma) proyección de Gnik Gnok en pantalla gigante (“queremos escuchar la película en mono”= chiste fácil y repetitivo). Es un clima de extremo amor, compañerismo y buenas intenciones. Cuando me encuentro casualmente con un/a seguidor/a de Gnik Gnok por la calle, nuestra mirada cómplice nos dibuja una sonrisa (no hacen falta palabras)
Retazo 8:
Una vez le pregunté a un seguidor de King Kong que pasaría si se encontraran cara a cara ambos: King Kong con el gran Gnik Gnok. ¿Habría alguna suerte de furia mutua? ¿Perdón? ¿Infinitas peleas? Nuestra discusión llevó un largo rato. Sentí que perdía el tiempo. Pero al retirarme del lugar seriamente le dije: “Gnik Gnok es demasiado para este mundo mortal. Ojalá te alcance la vida para darte cuenta quien es él”. Llegué a casa y me saqué mi remera que decía en el pecho “Gnik" y me la cambié por la de “Gnok” y lloré.
Guillermo Comehuenche Colikeo
ojosacusticos@hotmail.com
6.5.08
Una historia para comentar en el mate
Puede verse claramente cuando uno viaja en alguna de estas líneas como la mirada de reojo y el insulto por debajo de los labios aparece entre los choferes que en algún punto de la avenida Libertador se cruzan: el clan Mendoza y el clan Salta. Pero el caso es que se percibe una cierta brisa de nostalgia entre los automotores, como si se tratara de una línea de sangre que los une, aún con esa suerte de enemistad humana que enfría toda sospecha de acercamiento. Varias veces me disfracé de pasajero para comprobar esta situación, una y otra vez. Una y otra vez. De a poco me fui inmiscuyendo en el ámbito “colectiveril” para averiguar datos de importancia que me llevaran a saber por que, habiendo tantos números en el mundo y sus respectivas combinaciones, tal vez infinitas, y habiendo tan pocas líneas en San Juan, existen dos 33.
Una línea que investigué fue la posible enemistad de frentistas de la calle Mendoza y Salta. Nadie me denotó enemistad alguna. Algunos adolescentes se burlaban de mí, y yo solo los miraba. Algunas viejas se iban por las ramas. Este caso ya me estaba cansando.
El 13 de febrero de 2003 me acerqué a la empresa actual para intentar una vez más alguna respuesta, pero nada. Cuando salía, el guardia de la puerta sigilosamente me comentó de la existencia de unos papeles enterrados en la zona donde hoy se encuentran las oficinas de seguridad. Pero en eso me dejó solo. Tuve que volver en la madrugada. Me costó convencer al guardia que me ayudara, pero al final accedió. Él también tenía la misma duda, pero le daba vergüenza comentarlo. Siempre lo guardó como un secreto, dentro de su ser, dentro de su profundidad. A cuantos hoy le pasará lo mismo…
Cuando ya habíamos roto los cerámicos del piso, no nos costó trabajo encontrar casi sobre la superficie del suelo una caja metálica. Me temblaban las manos. Eran como las 3 de la mañana y la humedad nos mataba. No hice ninguna escena de típica de película, abrí rápidamente la caja: una hoja y una foto color sepia en su interior. En la hoja, un texto sin firmar. En la foto, la imagen mas impresionante que vi. El texto rezaba lo que yo sin descanso perseguía: el por que. La foto mostraba el fenómeno.
“Año 1963: año en el que entierro un sentimiento que une a todos los empleados, compañeros de alma, asados, rutas y secretos. Hace un par de años la empresa decidió dar el mismo número a 2 líneas internas: el 33. El dato nos llegó de la fábrica de ómnibus, desde Brasil. Por un error, mitad humano y mitad de la naturaleza, nacieron 2 colectivos siameses (unidos por el pasillo). El caso dejó estupefactos a quienes se encargaban de fabricar estas estructuras metálicas. La fábrica esa tarde cerró hasta el nuevo día, día en el que todos olvidarían tal hecho y seguirían sus actividades normalmente”.
Pero en sus corazones seguiría la duda y la preocupación. Los técnicos se esforzaron por lograr separar ese fenómeno industrial para que pudieran funcionar normalmente y lograr sobrevivir. La tecnología de la época era obsoleta, pero lo lograron. Los siameses destinados a la línea 33 pudieron sobrevivir. Las líneas de producción que le siguieron fueron testigos de aquel fenómeno milagroso, y cómplices guardaron el secreto durante décadas.
Hoy nos se sabe donde están aquellos siameses separados. El único dato que aquella nota dejaba como final es que aunque la sociedad los ocultó de la vista social, estos hermanos transportadores están juntos, en algún punto de la faz de la Tierra, tal vez en alguna selva brasileña, tal vez guardados en algún galpón abandonado de Texas o en alguna base espacial, lejos de la vista humana y fabril.
Guillermo Comehuenche Coliqueo
(ojosacusticos@hotmail.com)
25.4.08
NUEVA PERVERSA EN LA CALLE...
Y SEGUIMOS ESCRIBIENDO CON TODA LA GARRA DEL VIENTO ZONDA Y EL VIENTO DEL SUR...
YA SALE Y SIN FRITAS!