27.10.05

¿Quienes somos?

Somos un grupo de jóvenes que escribimos y publicamos en esta revista desde el 2003. Nuestro fin no es reclutar a nadie bajo ninguna ideología en especial, porque no pertenecemos a ningún grupo en especial, ni nos juntamos para tal fin. La idea fué y es la misma: crear un espacio de expresión para personas que no lo tienen, ya que también la gente se puede expresar con dibujos. La revista no tiene publicidades y desde este año la vendemos a precio de costo, o sea que no la hicimos por un interés económico. La revista sale $0,30/$0,35 y es en soporte fotocopia. La mecánica de distribución es de mano en mano y puestos fijos (fotocopiadoras) en donde la pueden comprar. No estamos subvencionados por ningún ente estatal ni privado. El staff de la revista está compuesto por 6 personas que escribimos con un pseudónimo: AFRODITA, PABLO ZAMA, MR. SOPEN, TRINCHERA STUDIO, ROBERTO POWELL y PAC MAN. Sólo queremos mantenernos en este proyecto hoy hecho realidad y esperamos seguir por mucho tiempo más... (me emocione!!)

11.10.05

PEPERINO POMORO



La misma madrugada en que se dio cuenta, Ricardo Montemayor decidió cortarla con los intentos, y empezar a vivir en tercera persona. Supuso que le sería más fácil menospreciar la felicidad que soportar tanto fracaso, y sin demasiado protocolo, encarceló la tercera parte de todos sus pronombres. Arrancó de cuajo sus pensamientos más minoritarios, escondió sus reflexiones en la palabra diluida del “común de la gente...”, “la gran mayoría...” o “en otros países...”.
Quiso basta de tender su mano hacia la nada, o hacia otras manos, demasiado resbaladizas, echas de humo y espinas. Quiso convertirse en otro exponente de anonimato colectivo, pero en vano. Nunca pudo dejar de sorprender admitiendo que esto y aquello lo había pensado o sentido él mismo, nunca su nombre dejó de gotear por entre cada una de sus barreras.
Decidido a no caer ante su identidad irreverente, logró disfrazarla por un tiempo con nombres imaginarios de poetas, locos y muertos venidos a sus palabras desde cualquier punto del globo y de la historia: él era todos y ninguno, desdoblado, desdoblado hasta el infinito en frases prestadas, anécdotas simuladas, pensamientos abortados de su propia memoria. Pero al final nada fue suficiente. Se terminó por fin su biblioteca de papeles arrugados escritos en todas partes con la misma letra.
Y acá me ves. Acá estoy yo, tragicómico reincidente.

Peperino Pomoro

PIERROT (colaboración revista nº 10)

«réquiem para mi corazón»

Susurro al aire tu nombre...
con las manos en los bolsillos,
llenos de ansia y,
la mirada fija en la nada...
mientras te recuerdo y,
siento el dolor de tu belleza alejada de mí,
tormento es pensar tu esencia...
tu olor, tu calor de piel,
tu sonrisa, tu voz, tu mirada....
los ecos de tus besos hoy retumban en las habitaciones de mi alma....
luna encarnada,
pimpollo en cristal petrificado,
de arena es... tu piel dorada,
espero tu regreso... juguete mío,
canción de cuna, delirio místico
¿Cuándo seré sustancia que alimente a tu alma?.....

Pierrot.

EL ACERTIJO

... EN EL TIEMPO
- ¿Hola?
- La encontré...
- ¿Quién habla?
- La encontré...
- Hey, ¿como andas??... ¿a quien encontraste?
- A ella
- ¿Quién es ella?
- ...
- Ahhh!!... “ella”
- Si... “ella”. Recién vengo de verla.
- ¡Que bueno, che!... pero... ¿hace cuánto que la buscabas?
- 20 años
- ... 20... bueno, contame... ¿cómo es?
- Es como el agua...
- ... ... ¿y ahora que vas a hacer?
- ... ¿qué?

El Acertijo

EL ABUELO (colaboración revista nº 10)

¿Dónde estamos?

Esta etapa que vivimos es producto y consecuencia de lo que alguna vez Discépolo pronosticara del siglo XX como problemático y febril. En donde grandes gobiernos se guían sin una cabeza visible, donde el hambre de los pobres y el hedor que destila la muerte de la guerra que vivimos toca a nuestra puerta; mientras nosotros permanecemos insertos en el abismo cibernético de la informática, donde todos entran pero pocos logran separar la realidad virtual de su vida cotidiana. Donde se han perdido las emociones entre hombres y mujeres y nos gobierna una falsa sensación de libertad de la que creemos saber usar. En donde las batallas amorosas se ven solamente conducidas por la curiosidad de saber que cada vez sabemos dominar las nuevas tecnologías que mientras crecen nos llevan a olvidar nuestro corazón = Gran motor que alguien le Dio al hombre para sentir. Donde la mujer en su inseguridad de haber fracasado en el amor, toma distancia del hombre que la asedia a través de un dispositivo electrónico, el cual le brinda la posibilidad de manejar su histeria femenina a su antojo el doble de cuando tiene a su acosador frente a ella. En cuanto al hombre, esta facilidad tecnológica, la sabe capitalizar aún más mintiendo sobre sí mismo, en donde un lobo se disfraza de cordero y esto permite empezar a gran velocidad una relación o terminarla.
En resumen, este sujeto entra creyendo saber por qué entró pero no encontrará la lógica de saber lo que le pasa. De entender si su esencia está en sus palabras, en su corazón, en su audacia, en que conoció a miles de
personas pero no logró querer física ni químicamente a nadie. Y aquí llegamos al punto de que siempre creemos ser dueños de la situación cuando en realidad, tendríamos que haber sido dueños de nosotros mismos. Creo que a nadie le importaría separar de su vida al teléfono o a la computadora a cambio de tener en sus narices a la persona que ama. Aunque en realidad, la raza humana termine siendo dominada por la tecnología y nuestrodestino sigue un oscuro e incierto camino hacia la alienación de saber que el hombre nunca fue dueño de sí mismo, pero acepta su derrota, resignadamente, con una sonrisa amplia, como la del cornudo que es el último en enterarse.


El Abuelo

MR. SOPEN (texto revista 10)


QUE BUEN ORGASMO
(Entre la cultura beat y lo “real”)
No estoy en la cima de la montaña-volcán. No tengo miedo, pero no tengo, en este momento, mis raiban´s setentones... Ahora puedo ver a 30 metros de distancia...la niebla...el sol ilumina los ojos por segundos y no encuentro demasiadas banalidades. No me molesta el tiempo. Quería encontrar lo natural y dejar la irrealidad por unos días...pero a pesar de todos tengo que volver al hotel. Los pobladores y los turistas (curistas decía un cartel) me miran como si fuera un extraño.¡ALTO! Soy tan normal como ustedes. Me perfilo hacia la montaña. En cualquier momento un hermano latinoamericano cruza la “frontera”. En este lugar, hace un tiempo atrás, escuche rock and roll comercial...¡Que ironía! No tengo un reloj que me domine todo el tiempo y el viento sopla en dirección opuesta...¿Hacia dónde crecen las vegetaciones? ¿Hacia el este? Me tiro un pedo que retumba con el viento sureño y la montaña se ríe conmigo...¿o se ríe de mí (moi)? Ahora si!!! no veo más que mi nariz y el vapor sale de entre las rocas perfectamente dispuestas a sorprenderme. Acá nada esta por casualidad. Toda roca responde a una pauta...¡la vegetación! No tengo slip y ni siquiera tengo frío, creo que la naturaleza excita mi cuerpo y excede algunos de mis límites. Un ave que ha volado cerca de mí dice: “ ya es hora de que bajes, aún no eres libre como yo, tus alas se atan a la sociedad y aun importa el qué dirán; baja y vuelve...escúpelos en la cara.”
Mr. Sopen

PABLO ZAMA (texto revista nº 10)

Un sorbo de inconsciencia

Se levantó sorpresivamente a las cinco de la madrugada. Tomó un sorbo de agua aparentemente inofensivo. Después, cruzó los brazos sobre el abdomen, un dolor le estrujó un recuerdo. Constituía un incendio interior. El funcionario comenzaba a esperar la muerte por el hecho de su complicidad. En búsquedas de minerales, tiempo atrás, revuelto en individualidades destructivas creyó en el poder inmanente de su único incentivo vital. Puras aspiraciones de mejoras adquisitivas, intensiones efímeras de envergadura irrestricta.
En otros tiempos, difíciles de recuperar de deliciosas reminiscencias preconscientes, fue un niño diáfano e inocente. Jugar a ser grande motivaba un espectáculo único para sus seres cercanos. La alegría brotaba de un espíritu puro. Hoy, se había convertido en ese grande, pero en el camino algo olvidó, su niñez inofensiva. Por estos instantes era complicado que la ceguera involutiva de ética lo encontrara en el espejo de tantos niños inocentemente muertos, por un sorbo de ingratitud. Era lo que deseó ser, un hombre importante. Pero en el momento de enfrentar la madurez creyó en lo que un libro magro llegado de una naturaleza resistente a utopías oscuras le daba en conocer. Empezó a justificar sus fines sin tomar consecuencias en los medios impuestos por el individual trans-nacionalismo. La rendija por donde se observa el pasado de niño no condenaba ahora su día, ni tampoco lo invitaba a la desesperanza de traicionar sus miedos a los cinco años. Solo la actuación en tiempos inmediatos constituía su error en ambiciones ciegas.
Se reclinó en una silla, siguió tomándose el abdomen con una fuerza extraída de arrepentimientos tardíos. Deseaba morir de inmediato, desaparecer de un valle intempestivamente golpeado. Se acercó nuevamente a la cocina, sintió que un calambre hepático se aproximaba a sus intenciones. Se observó en un charco contiguo a la mesada y vio nada menos que al diablo en una imagen acabada, pero ferozmente desecho. Tomó un vaso, pensó en su vida, recorrió hechos, sobrevino el deseo de muerte. Abrió la canilla y, a vaso lleno, lanzó su último suspiro.....
Pablo Zama

AFRODITA (texto revista nº 10)

Había una vez una ventana. Triste, siempre estaba aislada sola, las otras ventanas reían a sus espaldas. Ella no tenía árbol que la protegiera del calor, de la lluvia, de los fuertes vientos. Cada árbol que pasaba, seguía sin elegirla, hasta que un día llegó el árbol más hermoso más hermoso que ella había visto.
Se hicieron muy amigos ella confiaba en él, que le brindaba seguridad, la escuchaba y protegía. Pero la ventana cometió el error de decirle que estaba enamorada de él.
Árbol le contó a todos sus amigos la gran novedad sin pensar que ventana cada día que pasaba se ponía más triste, se abrieron en todo su cuerpo heridas. Las maderas se rasgaban de dolor, vergüenza por como la miraban, juzgaban.
Un día ella lloró tanto, y fuerte, que llegó una paloma, se afirmó en ella y le preguntó por qué lloraba. La ventana le contó y paloma le preguntó nuevamente: “por qué llorás?”, diciéndole que todo lo que había contado no eran motivos para ponerse mal. Que tenía que ser fuerte por ella, aprender a oír solo lo bueno. Y así fue. Pasó el tiempo y paloma volvió, la ventana brillaba, estaba radiante, y todo a su alrededor era vacío. Lo hermoso por fuera que ellas tenían desapareció y el adentro era tan pobre que no tuvieron fuerza para sobrevivir. Él, el estaba viejo, secándose de a poco. Fue ahí cuando la paloma le preguntó a la ventana: “¿ Por qué brillas e irradias seguridad?”. Ella le contestó: “Por mí. Decidí seguir, valorar el adentro. El adentro reflejado en mí exterior es lo que ves. Fijate que todo es cierto, pero todo ese proceso de valoración cuesta, duele, pero al finalizar es lo mejor. Apenarte de quien te humilló, de eso se trata. Tenés que aprender a elegir. Si sos buena, no te tienen en cuenta. Aquí en esta vida tenés que ser puta, gorrearlos, y así te valoran. Si no te valoran por lo que eres dale un poco de ellos mismos. A lo bueno esquivale, y a lo malo únete. Las mujeres buenas, somos boludas. Las mujeres despechadas, enojadas, la peor arma del mundo. El papel de buenas nos sale bien. El papel de malas, las mejores.

Afrodita

5.10.05

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