Había una vez una ventana. Triste, siempre estaba aislada sola, las otras ventanas reían a sus espaldas. Ella no tenía árbol que la protegiera del calor, de la lluvia, de los fuertes vientos. Cada árbol que pasaba, seguía sin elegirla, hasta que un día llegó el árbol más hermoso más hermoso que ella había visto.
Se hicieron muy amigos ella confiaba en él, que le brindaba seguridad, la escuchaba y protegía. Pero la ventana cometió el error de decirle que estaba enamorada de él.
Árbol le contó a todos sus amigos la gran novedad sin pensar que ventana cada día que pasaba se ponía más triste, se abrieron en todo su cuerpo heridas. Las maderas se rasgaban de dolor, vergüenza por como la miraban, juzgaban.
Un día ella lloró tanto, y fuerte, que llegó una paloma, se afirmó en ella y le preguntó por qué lloraba. La ventana le contó y paloma le preguntó nuevamente: “por qué llorás?”, diciéndole que todo lo que había contado no eran motivos para ponerse mal. Que tenía que ser fuerte por ella, aprender a oír solo lo bueno. Y así fue. Pasó el tiempo y paloma volvió, la ventana brillaba, estaba radiante, y todo a su alrededor era vacío. Lo hermoso por fuera que ellas tenían desapareció y el adentro era tan pobre que no tuvieron fuerza para sobrevivir. Él, el estaba viejo, secándose de a poco. Fue ahí cuando la paloma le preguntó a la ventana: “¿ Por qué brillas e irradias seguridad?”. Ella le contestó: “Por mí. Decidí seguir, valorar el adentro. El adentro reflejado en mí exterior es lo que ves. Fijate que todo es cierto, pero todo ese proceso de valoración cuesta, duele, pero al finalizar es lo mejor. Apenarte de quien te humilló, de eso se trata. Tenés que aprender a elegir. Si sos buena, no te tienen en cuenta. Aquí en esta vida tenés que ser puta, gorrearlos, y así te valoran. Si no te valoran por lo que eres dale un poco de ellos mismos. A lo bueno esquivale, y a lo malo únete. Las mujeres buenas, somos boludas. Las mujeres despechadas, enojadas, la peor arma del mundo. El papel de buenas nos sale bien. El papel de malas, las mejores.
Afrodita